Que las revisen, las reten o sentirse expuestas y juzgadas, son los principales temores, según nos contaron lectoras y miembros co-responsables. Cuanto más informadas y temprano lleguen a esa primera consulta, mejor, sostienen las especialistas. A su vez, entablar una relación de confianza con la ginecóloga —en general son mujeres las que se dedican a la atención de niñas y adolescentes— es esencial para su salud.
En Jakairá dedicamos el último encuentro semanal virtual para conversar sobre esta primera visita ginecológica. 6 chicas de entre 17 y 21 años, que viven en la ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense y que son adolescentes madres, compartieron sus experiencias. Para ellas, la primera o segunda consulta ya fue por el embarazo que estaban transitando.
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